Hacienda (¿y los libreros?) matan la edición digital en España

Hace unos minutos me he enterado de la noticia que anunciaba hoy Público en la que comentan que no era oro todo lo que relucía cuando Sinde dijo hace unos meses que todos los libros (independientemente del formato, es decir, incluyendo el formato digital) se verían beneficiados del IVA reducido (del 4%). ¿Y dónde está la trampa? Pues que «el tipo superreducido sólo se aplica al libro electrónico entregado en soporte físico», es decir, si compramos a través de la red en una hipotética gran plataforma hispana, deberemos pagar el 16% de IVA (pronto el 18%) como cualquier producto de lujo.

Público. Hacienda. Libro Electrónico

Puede que sea una casualidad y pronto rectifiquen este hecho, pero mirándolo un poco con malos ojos tiene todo el sentido del mundo. Imaginemos por un momento que yo soy un consumidor tipo que se acaba de comprar un lector de libros en El Corte Inglés de oferta, así puede llevárselo a todos los lados -piensa- y no cargar siempre con dos o tres libros en la maleta. Imaginemos por un momento (dado que ahora mismo no existe) que ese consumidor tipo quiere comprar un libro, entra en la plataforma virtual donde está todo el saber en castellano y le deja seleccionar el formato, incluso la edición que quiere (bueno, a lo mejor estoy soñando demasiado) y a la hora de comprar se da cuenta de que el precio es extrañamente elevado. Y entonces le viene a la memoria que el otro día en la librería de toda la vida tenían ebooks en oferta. Y baja a la calle con su libro electrónico y le pregunto al señor librero cómo anda el precio de los ebooks. Él le responde que este mes están de oferta, que si trae su dispositivo o una memoria USB le costará un 20% menos que si lo compra por Internet o se lo descarga directamente en su aparato. Y él, claro, accede a comprarlo en tienda y muy felizmente se va a casa con su libro cargado en su lector digital.

Insisto, no quiero ser malpensado, pero todo me lleva a creer que esta ficticia situación es la que algunos editores y libreros consideran la evolución natural del sector. Y eso no es, desde luego, lo que mucha gente pensamos del tema. No voy a volver a resaltar que a día de hoy no existe forma humana de comprar libros en español (Amazon ofrece, pero muy pocos), que aunque las editoriales parece que sí que están digitalizando sus fondos, la cosa no va a llegar a tiempo. Como ya dije, desde hace unas semanas tengo un Kindle 2 en el cual estoy leyendo algunos libros. ¿De dónde los he sacado? De por ahí [nota: me he bajado dos paquetes de libros, uno con unos 10000 y otro con 3500, probablemente descarte el primero por estar en formato .doc y .pdf en la mayoría de los casos]. Mi dispositivo tiene conexión a Internet (3G) y con un par de clics podría comprar el libro que quisiera siempre que estuviera en Amazon, pero apenas hay libros en castellano.

Casa del libro

¿Y cuál es el modelo de negocio a seguir? Bueno, no me apetece regalar ideas por ahí (uno piensa en un futuro en el que tenga que vivir de algo y alimentar a sus hijos) pero imaginemos otra vez. Imaginemos, por ejemplo, a una gran empresa como es FNAC o La Casa del Libro, que venden millones de ejemplares al día (tanto en tiendas como a través de la red). ¿Os imagináis lo sencillo que sería que al comprar nuestro ejemplar en papel nos enviasen (gratuitamente) un ejemplar en ePUB a nuestro correo? [Nota: Lo ideal sería tener una sección con nuestra «cuenta» y los libros asociados a ella, para poder descargar de ahí las veces que quisiéramos]. Así podríamos leerlo en el momento mismo en el que realizamos la compra y esperamos a que nos llegue. O al revés, imaginemos que nos dan la posibilidad de comprar libros en formato ePUB (con el 16% de IVA), ¿no sería magnífico tener un descuento por ese libro en su formato físico (con el 4% de IVA)? Porque es posible que nos haya gustado tanto que queramos tenerlo en papel [nota: como algunos sabéis, yo sigo apostando por el libro como objeto de culto e impresión bajo demanda como casi-casi las únicas alternativas a medio plazo del formato de papel]. Pues podríamos ir o a la tienda física o a la tienda virtual y comprar ese libro con un pequeño descuento (apenas un par de euros, lo suficiente para incentivar su compra).

Pero dejemos de imaginar y volvamos al a realidad. De momento, si la noticia se confirma, yo seguiré descargando libros cuando me apetezca leerlos (porque lo que yo quiero es tener los libros en el momento en el que yo quiera, es decir, poder comprarlos desde mi ordenador o desde mi lector y no tener que ir a una tienda o pagar un recargo estúpido por comprarlos desde mi casa) y comprando únicamente aquellos que crea que merezcan la pena (que últimamente suelen casi en exclusiva de poesía). De aquí a un par de años las editoriales (y libreros) llorarán y entonces bajarán el IVA y nos pondrán todas las facilidades del mundo, pero nosotros no las vamos a querer ya. Y lo único que podría hacer que las cosas fueran de otro modo sería impulsar el futuro de la edición, pero mucho me temo que la mayoría no tienen la mente lo suficientemente abierta como para ver eso ahora. Ya llegará el llanto.

12. abril 2010 por José Luis Merino
Categorías: General, Libros, Reflexiones, tecnología | Etiquetas: , , , , , , , , , , , , , , , | 7s comentarios

Comentarios (7)

  1. Pingback: ¡Cómo cambian los tiempos, Venancio! ¿Qué te parece? at caban.es

  2. Pingback: Desde este otro lado » Nace Libranda y la red se ríe

  3. Pingback: Desde este otro lado » Hoy, 15 de julio, despega Libranda

Deja una respuesta

Los campos obligatorios están marcados con *


Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.