El mapa no es el territorio

«El mapa no es el territorio»

(Alfred Korzybski)

 

En un capítulo de la brillante serie The West Wing titulado «Somebody’s Going to Emergency, Somebody’s Going to Jail» (2×16) se abren las puertas a colectivos o personas durante un día (en la serie se le conoce como Big Block of Cheese Day) que habitualmente no podrían entrar en La Casa Blanca y que tienen alguna propuesta que hacer. En este capítulo un grupo de geógrafos va con la propuesta de que en todos los colegios norteamericanos se sustituya la proyección de Mercator [primera fotografía de esta entrada] por la proyección de Peters [segunda fotografía], mucho más cercana a la realidad.

En 1569, Mercator creó un mapamundi que llegó a ser el estándar clásico de la percepción geográfica del mundo hasta nuestros días. Este cartógrafo alemán utilizó como criterio de construcción de su famoso mapa la fidelidad absoluta de los ángulos. Pero el precio de esta decisión fue tener que aceptar grandes distorsiones en la forma y en la superficie de países y continentes. Su proyección, en un primer momento, fue rechazada unánimemente, sin embargo, treinta años después de su muerte, su mapa había conquistado el mundo y permanece intacto en nuestro subconsciente. En el proceso de creación de la proyección Mercator se plantea un dilema, todavía no resuelto, técnico y metodológico, que origina una toma de decisiones subjetiva. Al proyectar la superficie de un cuerpo redondo sobre un plano, debido a que es imposible conservar todas las propiedades originales del objeto, se aceptan criterios de proyección desiguales. Los ángulos se conservan, pero según nos alejamos del Ecuador las distancias se van distorsionando de manera progresiva por la curvatura de la Tierra, se destacan y amplían las zonas cercanas a los polos agrandando visualmente Europa. Sudamérica se representa en realidad nueve veces mayor que Groenlandia, aunque en esta proyección parecen casi iguales. La línea ecuatorial no pasa por el centro, sino que deja dos tercios para el Norte y un tercio para el Sur, produciéndose diferentes distorisiones. Europa parece mayor que Sudamérica, que posee casi el doble de superficie. Escandinavia parece mayor que la India, que en realidad es tres veces mayor. Groenlandia parece mayor que China, casi cinco veces más extensa. La antigua URSS parece casi dos veces mayor que África, cuyo tamaño es casi un tercio más grande.

(Daniel García Andújar, «Nueva cartografía, nuevos territorios», en El hilo de Ariadna: lectores / navegantes, Casa del lector, 2012)

 

http://www.youtube.com/watch?v=n8zBC2dvERM

 

La representación del mundo, la forma en la que decimos las cosas influye en nuestra percepción de lo que nos rodea, la forma en la que interpretamos e interactuamos con él, todo está delimitado por la estructura de nuestro sistema nervioso como el neurolingüista Alfred Korzybski postuló hace ya 80 años.

En la era de la la hipercomunicación en que vivimos la representación de Europa como centro del mundo (como si Ptlomeo aún viviera) empieza a desaparecer. Uno abre Google Maps y se geolocaliza allá donde esté: en su continente, país, ciudad, barrio y calle y a partir de ahí se construye el resto del mundo.
Muchos de nosotros no éramos tan conscientes de la necesidad y del uso que le damos a estos mapas hasta que Apple eliminó Google Maps en la nueva versión de su sistema operativo (iOS6) sustituyéndolo por su aplicación Mapas y sembrando dudas a buena parte de los futuros compradores únicamente por la ausencia de esta característica. Si la Wikipedia fue, sin lugar a dudas, uno de los avances más asombrosos en inteligencia colectiva en la red de la última década, la cartografía del territorio, la geolocalización de lugares (con foursquare a la cabeza) lo será en esta década. Saber dónde estamos y respecto a nuestra posición conocer lo que tenemos alrededor clasificado y jerarquizado según nuestras preferencias o las preferencias de nuestros amigos se me antoja la forma más sencilla de eliminar la distinción centro / periferia de la representación cartográfica moderna. ¿Por qué usar un único mapa global cuando cada uno puede tener el suyo particular?

 

04. noviembre 2012 por José Luis Merino
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Comentarios (4)

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