Series recomendadas II: The West Wing
Tengo demasiado abandonada esta «sección» (por llamarlo así) de mi blog y no tengo perdón, lo sé. Prometo intentar actualizar al menos una vez al mes con una «serie recomendada», que mi gran placer no tan oculto es seguir la parrilla norteamericana (y en ocasiones, inglesa) de series año tras año.
Cuando allá por 1999 (casi 10 años han pasado) Aaron Sorkin puso en el aire The West Wing (El ala oeste de la casa blanca) no muchos se imaginaron lo que eso iba a significar para la historia de la televisión. La idea era simple: contar el funcionamiento -pero desde dentro- del centro de poder del mundo occidental, sin obviar ningún tipo de detalle: desde escándolos políticos, intentos de asesinato, cómo funciona en realidad el sistema parlamentario, etc. Siete largas temporadas en las que a través de los ojos de los miembros más destacados del gabinete (desde el propio Presidente -interpretado magistralmente por Martin Sheen-, pasando por los diversos secretarios, jefe de prensa…).
En su momento (cuando la emitían en TVE2 no recuerdo ni cuando ni a qué hora) no vi El ala oeste de la casa blanca por pereza más que por otra cosa, ya que los capítulos que pillé sueltos me encataron… aún recuerdo aquel magnífico diálogo en el que Leo McGarry -el ya fallecido John Spencer- habla de que es un adicto y de los motivos por los que no puede tomar una copa (ya que luego querría tomar otra y otra…). Pero desde mayo o así conseguí las 5 primeras temporadas y comencé a ver esta serie en dosis razonables, para degustarla (no valen atracones, normalmente no esperamos ansiosos el siguiente capítulo para ver el desenlace, ya que los capítulos son autoconclusivos, aunque con una historia que avanza -el mandato y los problemas que surgen en él-) y aunque aún me faltan 2 capítulos para acabarla (en su versión doblada) creo que puedo hablar largo y tendido sobre ella.
Me gusta The West Wing porque es una serie de personajes y últimamente parece que lo más importante es una buena idea sobre la que gire toda la serie (ejemplo trillado, Lost) y se ha dejado atrás el gusto por construir unos personajes sólidos a base de las relaciones que tienen con el resto de personajes… y sí, todo esto es posible aún con el transfondo de La Casa Blanca de fondo y un toque de patriotismo americano (que sí, que también lo hay). Los personajes de Josh Lyman y Toby Ziegler por ejemplo, quedarán para siempre en mi memoria como amigos cercanos con los que he convivido por situaciones de verdadero estrés (como la campaña electoral de las últimas elecciones o logra que X senador o congresista se pusiera de su parte).
Sí, siete temporadas son muchas temporadas… mucho tiempo de nuestras vidas pegados frente a la televisión o frente a un monitor. Pero realmente engancha (prueba de ello es que @nekaninha se ha visto las siete temporadas en un par de meses y @cvazper se ha comenzado a enganchar ahora mismo a ella, después de usarla como libro de antes de dormir durante un par de meses) y sobre todo, merece la pena: sin ella no podríamos entender cierta forma de narrar en algunas series actuales, donde se nos cuenta todo y de una forma objetiva para el telespectador y sin dárselo todo masticado, es decir, tratando a las personas que hay detrás de la pantalla como personas inteligentes.
Gracias a esta serie Sorkin se convirtió en el nuevo dios de la televisión, aunque su siguiente serie, Studio 60 (con Mathew Perry o Amanda Peet entre otros brillantes actores) fue un fracaso que únicamente estuvo en antena una temporada, pero siguiendo el mismo esquema que The West Wing: enseñarnos por dentro cómo funcionan las cosas, en este caso, la televisión. Realmente brillante, aunque habiendo visto su predecesora, un mero «plagio», mucho más mordaz y con más mala leche (el propio Sorkin reconocería que estaba demasiado enfadado cuando la escribió y se notaban las referencias al mundo real).
En definitiva, una gran serie, de esas que es imperdonable no haber visto si realmente quieres saber un poco sobre el mundillo de los seriales televisivos. Las cuatro primeras temporadas son una verdadera obra maestra, la quinta es mediocre a más no poder, pero las dos últimas temporadas casi casi llegan a la altura de las cuatro primeras y es que el duelo por la presidencia entre el congresista Matthew Santos y el senador Arnorld Vinick es tan real como la vida misma (y por ello muchos -entre ellos yo mismo- han visto un claro reflejo de la lucha entre Obama y McCain… y es que casi casi la ficción se convierte en realidad).
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