Monomanía
He empezado este curso como quien empieza un diario. A ratos. Buscando el tiempo cada día para dedicarle unos minutos y no encontrándolo nunca, olvidándome de los pequeños placeres de la vida y centrándome en cosas que son totalmente innecesarias.
He prometido muchas cosas y desgraciadamente la mayoría no las he cumplido. He buscado trabajo en verano y no he llegado más que a concertar a un par de entrevistas y conseguir que aquel hombre de traje me mirara de forma despectiva al demostrarle que un retraso (porque sí, llegué tarde) no era para tanto y que una buena sonrisa de un tipo de letras vale más que la experiencia y el don de gentes de cuadriculados estudiantes de Administración y Dirección de Empresas (cuánto odio esa carrera y todo lo que representa). Por supuesto nunca recibí una nueva llamada.
Deambulo por mi vida sin saber exactamente qué quiero hacer, qué cosas quiero alcanzar realmente, qué camino tomar en apenas unos meses. Sería tan fácil darle una patada a todo y olvidarme de aquello que hace 15 años quería ser. Wada’an (sí, ahora estudio árabe por las tardes, aunque tampoco me motiva y falto demasiado a clase).
Pero todo ha de acabarse pronto. Hoy. Ahora. En este preciso instante de esta noche de jueves en el que no voy a moverme de esta habitación, en el que no daré un paso más de los necesarios, ni uno solo. Y ha de ser pronto o no podré cumplir mis promesas.
Hoy es uno de esos días en los que hablo de más, en los que me da igual mandar a la mierda a esa pesada chica que únicamente me habla por Messenger para preguntarme cómo se hace X cosa. Hoy he aceptado un e-trabajo, también una colaboración en una tertulia radiofónica y además me he despedido de algunos quehaceres que ya no me motivaban y pronto lo haré de algunos más. Será el frío y la lluvia y los días en los que uno se arrepiente de haber dicho algunas cosas de más.
Nota: La fotografía original se llama Llueve en la ciudad y es de Albi.
Nota 2: La canción es de Sr. Chinarro y se llama Falta (perteneciente a La primera ópera envasada al vacío, 2001 y que en su momento iba a utilizar para un relato que nunca llegué a escribir.
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