Hablemos de música 2014
Probablemente 2014 ha sido el año al que más conciertos he ido de los últimos 10 años y aunque la recta final se me hizo un poco interminable realmente no puedo quejarme. Comencé el año viendo a Silvia Pérez Cruz en el Centro Nacional de Difusión Musical; a Bill Callahan en ese concierto en el que casi nos quedamos dormidos de lo bien que se estaba escuchando las canciones de lo que luego sería Have fun with God; vimos a Pauline en la Playa en el Museo Cerralbo dentro del ciclo A las veinte cero cero; otro año más estuvimos en el Véral de Valladolid viendo, entre otros, a Dean Warehan, John Parish o Christina Rosenvinge (gracias al Colectivo Laika por seguir ahí); vi tantos años después a Madee en la Moby Dick; tuve la oportunidad de estar en la Joy Eslava viendo a Nacho Vegas presentar su Resituación; estuve por fin en el Primavera Sound de Barcelona viendo bajo la lluvia a Joana Serrat y corriendo de un lado para otro para no pederme nada y conseguir ver a un montón de grupos, entre otros, a Arcade Fire, Manel, The National, Mogwai, Television o The War on Drugs (y no ver a Pixies por ello); también estuvimos viendo a McEnroe, Neuman, Anni B Sweet, Sexy Sadie, Dover o Los Fresones Rebeldes, entre otros, en esa vuelta a los años 90 que fue el Día de la Música de este año; a Joe la Reina en el Teatro Lara demostrando toda su potencia sonora que es ese Bailamos por miedo; a Dorian demasiado sobrios para aguantarlos; volvimos a ver a Nacho Vegas en Valladolid; estuvimos en el Sonorama otro año más cantando a grito pelado con Raphael y Duncan Dhu, además de ver por fin a Doble Pletina o volver a ver Los Planetas, Fabián, Niños Mutantes, Belako o Amaral, entre muchos otros; me dejé la voz viendo a Kokoshca; estuvimos viendo a Alfredo González y amigos en la Sala Galileo y a The New Raemon en la Clamores; volví a ver a Ismael Serrano tantos años después (en un concierto gratuito en Vallecas); me enamoré perdidamente de la voz de Helena Goch; vi a Tulsa antes de que sacara el nuevo disco; casi me desmayo en el concierto de Morrissey (y no precisamente por la calidad del setlist), me emocioné con Cat Power y también con Angus & Julia Stone; salí decepcionado de Quique González; vimos a Arizona Baby y a Australian Blonde; y cerramos el año viendo a León Benavente y a un Joaquín Sabina entregado con el público madrileño. Casi nada.
En mi caso, la tendencia de este 2014 ha sido comprar y pagar mucho más por música (tanto en vinilo como exclusivamente en descarga digital). Actualmente vuelvo a pagar la suscripción premium a Spotify, pero no estoy seguro de que en mi caso sea el modelo que más me interese.
En 2014 se han publicado un montón de buenos discos y me resulta complicado escoger únicamente diez, pero allá va:
Angus & Julia Stone, Angus & Julia Stone
El disco homónimo de los hermanos australianos es su mejor disco hasta la fecha. Todas y cada una de las canciones están cargadas de una sensibilidad que pocas pegas podemos poner. Si tuviera que elegir creo que me quedaría con ‘A heartbreak‘ o ‘Get home‘.
Computadora, Naturaleza Utópica
Aunque las primeras escuchas de Computadora sean complicadas, Naturaleza Utópica se ha ganado por sí solo el puesto en lo mejor del panorama nacional del pasado 2014. Canciones como ‘Montañas‘, ‘Tormenta tropical’ o ‘Pesadilla en 1986’ se van a convertir en himnos de esta banda madrileña que nos va a dar muchas alegrías.
Cosmen Adelaida, La Foto Fantasma
He de reconocer que he tardado demasiado tiempo en dar una segunda oportunidad a Cosmen Adelaida, pero una vez rotos los prejuicios instalados por una escucha rápida en un mal momento las letras de canciones como ‘El parque‘ o ‘Vientos de invierno’ no te abandonan ya.
Damien Rice, My Favourite Faded Fantasy
El tercer disco del irlandés Damien Rice después de los celebrados O y 9 no decepciona a sus seguidores. Canciones tristes para gente triste que diría aquel, como ‘It takes a lot to know a man‘ se convirtieron en la banda sonora de muchas de las mañanas del pasado otoño.
Joe la Reina, Bailamos por miedo
El primer largo de los donostiarras Joe la Reina quizá haya sido el disco más importante publicado este año en España y que menos interés ha suscitado en los medios especializados. Merece la pena escuchar las letras de ‘Tiemblan‘ o ‘Caravana de fuego‘ cantadas por la potente voz de Lucas Malcorra.
Lykke Li, I Never Learn
Poco que añadir de uno de los discos internacionales más aclamados del año pasado. La compositora es por méritos propios unas de las voces del momento con temas como ‘Gunshot‘.
Nacho Vegas, Resituación
Para muchos el mejor disco del año, para otros un batacazo en la carrera de Nacho Vegas: para mí ni una cosa ni la otra. Un correcto disco que gana con el paso del tiempo y que se aleja del mundo interior del asturiano para empezar a mirar a la realidad que le rodea. ‘Adolfo Suicide‘.
Pablo Und Destruktion, Sangrín
Otro asturiano que ya está dando mucho que hablar es Pablo Und Destruktion, con un potente disco que se sitúa a medio caballo entre el pop-folk y el spoken-word a ritmo de guitarra y percusión. Letras de denuncia social y de lucha por la clase obrera se mezclan con temas del folclore popular. Pablo es una rara avis que hay cuidar. ‘Por cada rayo que cae‘ o ‘Limonov, desde Asturias al infierno‘ son un buen resumen de lo que Pablo puede hacer.
Ryan Adams, Ryan Adams
Ryan Adams ha hecho un disco enorme y redondo que no he podido parar de escuchar desde que varios de mis amigos me lo recomendaran. Eso sí, escucharlo nos transportará inevitablemente a un sonido que ya no vamos a encontrar excepto si volvemos la vista a nuestros viejos vinilos. ‘Gimme something good‘ o ‘Trouble‘ son algunas de las mejores canciones del disco.
The War on Drugs, Lost In the Dream
Para mí el disco del año es sin duda el de The War on Drugs. Lost in the dream tiene la virtud de transportarnos a un tiempo y un espacio muy lejos del actual y mucho me temo que esta banda de Filadelfia nunca van a ser capaces de hacer un disco tan redondo. ‘Burning’, ‘Red eyes‘ o ‘Suffering‘ son algunas de mis canciones-bucle del año pasado.
Se quedan fuera (pero podrían estar dentro) los discos de Manos de Topo, Fee Reega, Sharon Van Etten, Silvia Pérez Cruz, Sr. Chinarro, Tremenda Trementina, Capitán Sunrise, Black English, James Vincent McMorrow, The Drums, Eels o Grouper, Allo Darlin’, entre un montón de discos que se amontonan. Pocas quejas podemos tener ante este año que acaba de terminar, ojalá 2015 sea igual de productivo.
02. febrero 2015 por José Luis Merino
Categorías: General, Música, Reflexiones |
Etiquetas: Alfredo González, Allo Darlin', Amaral, Angus & Julia Stone, Anni B Sweet, Aranda de Duero, Arcade Fire, Arizona Baby, Australian Blonde, Barcelona, Belako, Bill Callahan, Black English, Capitán Sunrise, Cat Power, Christina Rosenvinge, Colectivo Laika, Computadora, Cosmen Adelaida, Damien Rice, Dean Warehan, Día de la música, digital, Doble Pletina, Dover, Duncan Dhu, Eels o Grouper, Fabián, Fee Reega, Helena Goch, Ismael Serrano, James Vincent McMorrow, Joana Serrat, Joaquín Sabina, Joe la Reina, John Paris, Kokoshca, León Benavente, Los Fresones Rebeldes, Los Planetas, Lykke Li, Madee, Manel, Manos de Topo, McEnroe, Mogwai, Morrissey, Museo Cerralbo, Nacho Vegas, Neuman, Niños Mutantes, Pablo Und Destruktion, Pauline en la Playa, Primavera Sound, Quique González, Raphael, Ryan Adams, Sexy Sadie, Sharon Van Etten, Silvia Pérez Cruz, Sonorama, Spotify, Sr. Chinarro, Televisión, The Drums, The National, The New Raemon, The War on Drugs, Tremenda Trementina, valladolid, Véral, vinilo |
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