Un trozo de su vida
«He descubierto un agujero perfecto para mí, donde puedo soñar despierto, donde cantar» (Travolta, «La brisa del mundo», Manual de Redención)
De pequeña ella gritaba, gritaba a todas horas, cuando creía que con su cara de niña buena nadie iba a descubrir que esos aullidos de perro apaleado salían de su garganta. Después dejó de gritar, ella sigue creyendo a estas alturas de su vida (han pasado ya más de 15 años) que no hubo un motivo para su silencio, que sucedió de repente, que un día cerró la boca para siempre. Ella aún sigue creyendo eso. Sé (aunque ella nunca llegó a contármelo) que sucedieron otras cosas en los años siguientes antes de su adolescencia, a pesar del tiempo que ha pasado de eso sí que no se ha olvidado, aunque ella también sigue creyendo que eso no influyó nunca en su personalidad, que aquello no ha tenido una repercusión en su relación con los hombres, en el fracaso reiterado de sus relaciones, que ella no ha vivido una relación plenamente satisfactoria hasta ahora. Sí, ella sigue creyéndolo. Lo raro es que no lo usó como excusa para terminar conmigo.
Un pequeño ejercicio de escritura 2.0 (o algo así), eso de completar historias de otros o mejor dicho, dotarlas de otro sentido uniéndolas a otra serie de historias. Unir, poner links, hipervincular (no hiperventilar) historias que se unen a historias que se unen a trozos de otras historias que a lo mejor (y es verdad) no tienen nada que ver, pero que una vez puestas en común tienen tanto que ver que uno se olvida de que en un principio cada una hablaba de un mundo y un lugar distinto.
Comentarios (7)