TRICOT
No sé tejer ni coser y no tengo interés alguno en aprender y quizá por eso nunca podré formar parte de La Liga de las Mujeres Extraordinarias (o quizá por ser un hombre, quizá ese pequeño detalle lo invalide todo).
El otoño pasado una mujer que no era mi novia dijo que me tejería una bufanda y yo le creí. Pasé el otoño y el largo invierno sin ella, me fui a pasar frío a Riga sin bufanda y acabé enfermo, claro. Fui de compras y vi un par de bufandas muy bonitas que hacían juego con mi barba de un mes sin arreglar y no las compré esperando a que aquella bufanda llegara algún día. Pero apareció la primavera, llegó el verano y ahora otra vez el otoño y aquella bufanda nunca llegó, pero por suerte TRICOT de Ainhoa Rebolledo sí.
Después de publicar la fabulosa Mari Klinski de la que ya hablé aquí y ¡Maldita sea! Antropología de la noche madrileña, Ainhoa se atreve con UN LIBRO (así en mayúsculas, como le gusta a ella) DE VERDAD, con un alterego ficcional que trata de superar las recientes rupturas y la ¿mala? suerte con los hombres tejiendo con sus amigas [dato: hasta la página 102 de 186 no empiezan a tejer Las Tejedoras del Metal].
Ah, aprendimos a tejer bufandas en noviembre, quizás fue demasiado tarde en términos de intensidad del invierno porque ya hacía frío, porque ya llevábamos semanas tosiendo, medio enfermas, medio muertas. Completamente abandonadas, hacía tiempo que nadie nos esperaba. Parecía que la vida se nos iba a acabar en cualquier momento. Así que a partir de ahora intentaré recuperar el tiempo perdido, todo el tiempo que perdimos, e intentaré acercarme todo lo posible (sin quemarme) a la verdad.
Empecé a escribir esta historia en mi cabeza, nada de libretas cuadriculadas, bolígrafo ni ordenador. Lo escribí todo con los ojos cerrados y ahora intentaré recordarlo todo, todo lo que pasó antes de la recapitulación. Cuando no pueda recordar más -porque se me acaben las cosas que tengo que recordar, porque me ponga nerviosa, porque me ponga a llorar- apretaré los dientes bien fuerte y me limitaré a recuperar los recuerdos más bonitos, más dóciles de pensar: los inventados. Que, total, es lo mismo acordarse de lo que pasó que inventarse historias nuevas, lo importante es hacer las cosas bien y disfrutando.
(TRICOT, Ainhoa Rebolledo, pág. 35, Principal de los libros, 2013)
En TRICOT nos encontramos con una voz que se aleja de los divertidos escritos de borrachera a los que nos había acostumbrado Ainhoa hasta ahora y descubrimos una narradora más adulta, más reflexiva. El libro está estructurado en pequeños párrafos o secuencias en las que la protagonista nos narra las aventuras y desventuras de su grupo de amigas con buenas dosis de ironía pero durante toda la narración no nos olvidamos ni por un instante que lo ocurre, que lo que nos cuenta es en realidad la triste historia de unas chicas (unas mujeres) que solo quieren conseguir la felicidad pero que no lo consiguen. Compren, lean, disfruten y lloren con TRICOT y si alguno aprende a tejer este invierno recordad que no me vendría mal una bufanda.