La poesía (no) está muerta

Ayer estuve curioseando la sección de novedades de poesía de La Central y únicamente me encontré con poetas muertos, autores catalanes y Luna Miguel. Así que me compré Poetry is not dead (DVD Ediciones, 2010) y me lo llevé a casa como quien sale de la peluquería sabiendo que el corte que le han hecho no era lo que realmente quería al entrar y no le va a gustar cuando llegue a casa.

Por el camino recordé que Luna Miguel era también uno de los nombres del número 0 de Sin Red en el que aún sigo sin saber qué leches hacía yo. El mundo es demasiado pequeño, supongo.

Tengo vagas referencias de ella, sé que tiene un blog (que no leo; me aburren los blogs de la mayoría de los poetas), que escribe en Público, también sé que tiene un perfil en Facebook, una cuenta en Formspring y que la señorita R. está obsesionada con ella como muchas otras que quieren ser como ella o mejor que ella o simplemente ella. También he leído algunas reseñas de sus poemarios, la más reciente (que yo recuerde) la de Lector mal-herido pero he estado bastante fuera de todo el buzz mediático, de las críticas con mala baba y de todo el circo que se ha montado a su alrededor. Para bien o para mal soy virgen con Luna Miguel.

Poetry is not dead es casi todo lo que no me gusta de la nueva (nueva) poesía española, empezando por ser una mujer posicionándose como tal, por la referencia ¿culta? vacía (no sé cuántas veces se repiten en los poemas los nombres de Valente, Bolaño o Foster Wallace pero no seré yo quien se detenga a contar). Es la poesía del aparentar y de la autorreferencia: el yo poético habla de las cosas únicamente para introducirse en el elemento referido, la poesía no está muerta porque está Luna Miguel, los escritores (poetas o no) mencionados están mencionados para que ambos nombres se unan, etc.)

El escribir «a golpe de intro» no me parece un defecto a diferencia de otras opiniones, tampoco me disgusta la temática que gira alrededor de lo urbano (el transporte público, la soledad, tal vez incluso las afueras), el sexo (¿amor?, soledad, pornografía) aunque lo que sí me asquea más son las reflexiones metapoéticas (sí, de esperar bajo ese título, lo sé). Igual la mezcla (eso tan moderno) no ha sido tan buena idea para el conjunto final del poemario, a pesar de los miles de euros del premio de poesía Hermanos Argensola 2010 y del éxito de ventas asegurado para DVD.

No, no me gusta Poetry is not dead pero entiendo que guste. Supongo que todas esas mujeres viscerales necesitan un referente al que seguir, una Sylvia Plath a la que seguir e idolatrar. También entiendo que entre los jóvenes (modernos) triunfe, las razones me las callo por decoro, que cada uno haga lo que quiera frente a su ordenador.

No nos enseñaron a nadar
y en poco tiempo
aprendimos a ahogarnos.

La espuma era larga,
la cresta amarga y sonora.

Estallaba gota a gota
el aire
contra su propio cadáver.

No nos enseñaron a remar
y el temporal precipitó un naufragio.

La balsa, para la medusa.

(‘Sobre la mediocridad’, Poetry is not dead, Luna Miguel, DVD Ediciones, 2010)

20. enero 2011 por José Luis Merino
Categorías: General, Literatura, Poesía, Reflexiones | Etiquetas: , , , , , , , , , | 27s comentarios

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