Los hijos de Ted Mosby somos tú y yo
Ayer terminó en EE.UU. How I Met Your Mother, la historia de un grupo de veinteañeros que venía a ser la heredera de facto de la sitcom por excelencia de los 90, Friends, y que nos ha contado la historia de un grupo de amigos pero que temporada a temporada iba teniendo para nosotros menor interés. A pesar de eso, HIMYM ha logrado -junto con Lost- que una narrativa en principio solo propia de la novela y del cine sea perfectamente válida en televisión. Al menos por eso habrá que tenerla siempre en mente.
La historia de cómo Ted conoció a la chica del paraguas amarillo siempre fue la excusa para contar las aventuras de juventud de ese grupo de amigos desde el principio y explicar así hasta donde han conseguido llegar, tal y como Lázaro de Tormes, al comienzo del Lazarillo, explicará en el siglo XVI a «vuestra merced» todo lo acontecido en su vida para explicar cómo ha conseguido llegar donde está.
Y pues Vuestra Merced escribe se le escriba y relate el caso muy por extenso, parecióme no tomarle por el medio, sino del principio, porque se tenga entera noticia de mi persona, y también porque consideren los que heredaron nobles estados cuán poco se les debe, pues Fortuna fue con ellos parcial, y cuánto más hicieron los que, siéndoles contraria, con fuerza y maña remando, salieron a buen puerto.
Pero hoy ese «vuestra merced» somos tú y yo, los hijos de Ted Mosby, a los que nos ha estado contando la historia desde 2006, a los que semana tras semana nos ha ido explicando que la juventud solo se vive una vez, que solo hay un puñado de amigos de verdad o que no debemos rendirnos nunca sobre aquello con lo que soñamos. La historia de Ted, Marshall, Robin, Barney y Lily es un guiño a la historia de esos amigos con los que has vivido o estás viviendo tu juventud.
En los últimos años yo he visto la serie más por inercia que por interés, pero el cierre del último capítulo le ha hecho justicia. No, How I Met Your Mother no tiene el carisma que tuvo Friends, pero sus hallazgos son numerosos. Quizá en esa suerte de spin off llamado How I Met Your Dad logren casar mejor todas las piezas para contarnos por entero la vida de Sally ahora que nos han vuelto a recordar que lo importante del viaje -de la vida- no es dónde llegas ni cuándo llegas sino todo lo que ocurre hasta llegar a tu destino. Así que recuéstate en el sofá, no tengas prisa y disfruta de esta historia.
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