Para toda la vida
No hay desvíos, no hay vuelta atrás / sólo está el camino. Nacho Vegas.
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Ellos pasean por la calle, es octubre y la lluvia y el frío han llegado a la ciudad. Él camina despacio, disfrutando de su sonrisa, su nariz y manos heladas; ella intenta ir a su paso, le mira y piensa en la suerte que tiene y que no le importaría estar así toda la vida: paseando por calles mojadas y con sus frías manos entrelazadas durante todo el camino.
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Para toda la vida, durante todo el camino, todavía, TOTA VIA. El camino como metáfora de la vida, siempre hacia adelante, siempre hacia algún lugar. La muerte como punto de unión de toda la humanidad. Nuestras vidas también pueden ser ríos que van a dan al mar. Viene a ser exactamente lo mismo.
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Para toda la vida, así rezaba la caja marrón de detergente que había delante de su puerta. Para toda la puta vida. Ella gritó un nombre cualquiera y un hombre apareció y se encargó de recoger todo aquello. Y dentro de aquella caja algunos libros, un par de CD’s de Interpol y muchas fotos. Ella las ojeó todas y sus ojos marrón tierra se quedaron fijos en una fotografía que tenía más de cinco años: él y ella en una tarde de frío y lluvia por la ciudad, la tarde de aquel te quiero y la primera en no dormir en casa de sus padres. No le echaba de menos. Todavía.
Nota: La fotografía original se llama Wet City Night y es de Eyeline-Imagenery.
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