Oh capitán, mi capitán

La noticia del día es que hoy ha muerto Robin Williams a la edad de 63 años. Muchos ya han hablado de cómo algunos de los personajes del actor han sido muy importantes en su vida, tal y como lo ha hecho Laura Ferrero en Querido profesor Keating donde expresa exactamente lo mismo que yo podría decir:

Cada uno tenemos algunas personas favoritas. La de Holden Cauldfield, el protagonista de El guardián entre el centeno, era su hermana Phoebe. Una de las mías era Robin Williams, fuera quien fuera en la realidad. Porque en ese terreno que llamamos ficción, que es a menudo otra forma de realidad, Williams me hizo reír con La señora Doubtfire, me hizo tener miedo con Jumanji y me hizo advertir muy pronto que la literatura podía servir para salvar una vida y para condenarla también. Quise ser poeta –aunque a la vista está que no lo soy-, pero sobre todo quise que alguien como Sean Mcguire el terapeuta de El indomable Will Hunting se sentara junto a mi en un banco de un parque y me dijera todas esas cosas que dice le dice a su discípulo, Will Hunting: “Sabes muchas cosas de memoria pero ¿acaso has sentido algo de eso, algo que no esté en los libros?” . Porque algunos pensamos que memorizar y citar tienen el mismo peso que vivir, que escribir. Pero no lo tienen. Hablar del amor citando un soneto de Shakespeare no tiene nada que ver con levantarse al lado de la persona que uno ama y sentir eso que se llama felicidad.

 

Mi primer recuerdo en el cine es estar en los Cines Ortega de Palencia viendo Hook supongo que en marzo de 1992 con mi tío. Tardé muchos años en saber quién estaba detrás de ese Peter Pan que nunca quería crecer. Y me volví a enamorar de otro de sus personajes mucho tiempo después, de ese profesor Keating que les enseñaba a sus alumnos que había vida más allá de los libros a golpe de Walt Whitman y su Hojas de hierba. No recuerdo cuándo leí ese libro, si me lo compré yo o fue un regalo de mi tío pero recuerdo que me fascinó y rompió todos los esquemas sobre lo que yo consideraba lo que era la poesía. El Oh capitán, mi capitán desde luego será el verso más recordado gracias a la película, pero yo siempre he preferido el de Un niño me preguntó, ¿Qué es la hierba? mientras me la mostraba a manos llenas como ya escribiera por aquí hace algún tiempo.

Por supuesto durante todo el día miles y miles de personas han escrito esos versos de Whitman en boca de Keating para despedirse del actor. Y probablemente la gran mayoría no sepa nada sobre Whitman y nunca ha tenido el dilema sobre qué edición de Hojas de hierba sería mejor comprar. Vicente Luis Mora hace un rato ha colgado un estado en Facebook que me tomo la libertad de copiar aquí:

Si cada persona que hoy ha dicho o escrito «Oh, capitán, mi capitán», citando a un Whitman a quien probablemente no ha leído, comprase durante este mes un libro de poesía, uno solo, como acto de verdadera apuesta por la poesía bien entendida, por la poesía real y no su simulacro hollywoodiense, se acabarían los problemas de este minúsculo sector editorial (el que permite que siga habiéndola) y, quizá, sus resignados y tristes practicantes, entre los que por desgracia me encuentro, recibirían las lecturas que merecen (no en mi caso) como recompensa por tantos y tantos años y lustros y décadas de silencioso y solitario esfuerzo.

Por supuesto, los poetas o compradores habituales de poesía que hayan citado esta frase durante el día de hoy, no deben darse por aludidos. Ni los lectores de Whitman.

 

Así que sí, igual hoy es un buen día para acercarse a la biblioteca o a la sección de poesía de vuestra librería de confianza más cercana (y si no tiene sección de poesía, quizá deberíais cambiar de librería de confianza) y preguntar si queréis por Whitman o dejaros aconsejar por las recomendaciones de los libreros. Por aquí voy comentando siempre las últimas lecturas que me han resultado interesantes, aunque no he tenido tiempo de hacerlo de la magnífica Antología de la poesía espectacular de Yago Ferrero editada por Pájaro o de la antología Serial (sí, un libro de poemas sobre series de televisión) recién editada por El Gaviero. Sí, quizá sea hoy un buen día para empezar a leer poesía.

12. agosto 2014 por José Luis Merino
Categorías: General, Literatura, Poesía, Reflexiones | Etiquetas: , , , , , , , , , , , , , , , | Deja un comentario

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