El arte de la guerra
Él me mira -me sonríe- y me dice eso de oye, quiero hablar contigo. Yo le digo que ahora me tengo que ir y él responde -me sonríe- ya te pillaré luego.
Vuelvo a la habitación sabiendo que él estará disfrutando de este momento. Él controla la situación, como el cazador que apunta a su presa mientras el ciervo pasta tranquilamente en el monte.
Pero yo ya no soy un ciervo. Soy perfectamente consciente de la situación y sigo a pies juntillas lo que El arte de la guerra de Sun Tzu nos ha enseñado. Si la situación no es favorable, evita la confrontación hasta que lo sea.
-Mamá, dile a papá que he salido, que vuelvo en unas horas.
Nota: La fotografía original se titula Mesa de la cocina y es de Naiarais.
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