Capital cultural

Ahora bien, ya que los beneficios materiales y simbólicos garantizados por el título académico dependen también del valor de escasez de éste, puede ocurrir que las inversiones realizadas en tiempo y esfuerzo resulten menos rentables de lo previsto al tiempo de su realización, lo cual supondría, en su caso, una alteración de facto en el tipo de cambio entre capital académico y capital económico.

 

(Pierre Bourdieu, Capítulo IV.  Las formas del capital, Poder, derecho y clases sociales, 1985)

Resulta muy interesante leer a Bourdieu en estos tiempos en los que un título no sirve de nada, en los que tenerlo es casi lo normal para pedir trabajo de cajera en el supermercado (y seremos cajeras, ya lo decían Nouvelle Cuisine hace algunos años). Quizá más que empeñarse en aprobar la LOMCE y de privatizar la sanidad el gobierno (el de ahora o el próximo, esta debería ser una jugada a largo plazo, no importa quién) debería hacer una profunda reflexión sobre el sistema universitario español y la necesidad de suprimir universidades (basta ya de tener una en cada provincia), de reducir el acceso a las titulaciones (y no de eliminar titulaciones, ojo) y conseguir que únicamente los mejores den clase y únicamente los mejores puedan acceder a esas clases; para quizá conseguir así un sistema educativo superior acorde con las necesidades del ahora y del futuro más cercano. Pero qué sé yo, qué sabremos nosotros, si seremos cajeras.

20. enero 2014 por José Luis Merino
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