Brevísimas impresiones sobre el iPad mini

Han pasado dos años y medio desde que escribía el post Brevísimas impresiones sobre el iPad y el mundo ha cambiado tanto que ya a nadie le parece una locura como que me compre un tablet tal y como les parecía en su momento, ya (casi) nadie me dice ¿para qué quieres eso? y ahora todo el mundo entiende o intuye las funciones de una tableta y que perfectamente puede coexistir con un iPhone y un MacBook Air y que se complementa perfectamente dentro del ecosistema.

Sí, desde hoy soy poseedor de un iPad mini 3G, mi primer iPad lo vendí hace unos meses a una amiga (y a precio de amigo) con la intención de actualizarme al iPad 3 pero casualidades de la vida acabé posponiendo la compra y cuando a finales de octubre veía la keynote con Mireia no tuve ninguna duda al verlo: tenía que ser mío.

¿Por qué un iPad mini y no el nuevo iPad? Por el precio y, sobre todo, por el peso. Cuando uno está en una tienda y compara el iPad y el iPad mini el iPad se le antoja demasiado grande y pesado. El tamaño de su hermano mayor era ideal hasta que apareció la versión reducida, del mismo modo que la chica más guapa de la clase deja de ser la más guapa cuando llega esa nueva chica con pecas y con ojos profundos que no deja de mirarte. La única gran pega a este respecto es la reproducción de vídeo. El tamaño 4:3 es ideal para todo excepto para ver vídeo y o bien nos acostumbramos a que la imagen sea un poco más pequeña de lo habitual o hacemos zoom y perdemos parte de visión.

¿Por qué un iPad mini y no un tablet de Google? Bueno, sinceramente estoy tan acostumbrado al ecosistema de Apple que no tengo demasiadas ganas de cacharrear y de probar, aunque he de admitir que el Nexus 7 no me parece para nada un mal terminal. Una de las cosas que no me gustaron de la keynote fue el momento en el que pusieron a comprar ambos dispositivos, más propio de reviews de fanboys que de una presentación, pero no les faltaba razón:

 

Mis primeras horas con el iPad mini han sido casi-casi un redescubrimiento del aparato. Mis últimos recuerdos del iPad de primera generación eran de un aparato lento, sin cámara, sin Siri, etc. He recordado lo cómodo que es leer el periódico gracias a la aplicación de El País o ver el informativo de TVE a través de la aplicación de rtve.es HD.
A priori me resulta un poco incómodo escribir con él en horizontal, ya que el teclado es un pelín pequeño para mis grandes manos, veremos si me acostumbro. La pega más grande que le veo es la pantalla: la densidad de píxeles no es suficiente y no es una pantalla tan nítida como la del iPhone o el iPad Retina, todo el mundo da por hecho que la próxima revisión del iPad mini incluirá ese tipo de pantalla y creo que será un motivo más que suficiente para dar el salto.

Con la compra del iPad mini adquirí también una smart cover roja a juego con mi iPad negro. En realidad yo quería una smart case pero a día de hoy no están disponibles, así que he acabado comprándome un plástico protector de Skinomi por recomendación de miopensativo y compañía. Soy un tanto paranoico con los golpes y demás, así que veremos si esa combinación me resulta suficiente.

Aunque para algunos no es necesario, me volví a decantar por el modelo 3G tardando casi un mes más en recibir el dispositivo porque el uso en movilidad del tablet será bastante alto y no quiero andar dependiendo de puntos Wifi, tethering con el iPhone o derivados. Entiendo que el sobrecoste de 130€ puede parecer excesivo, pero para mí merece la pena. La problemática de la conexión queda totalmente solucionada gracias a la NanoSim de Pepephone y a la opción de compartir la tarifa de datos de mi terminal con mi iPad por 2€ al mes. No es un servicio multiSIM pero a efectos prácticos viene a ser lo mismo. Lo único que hay que hacer es ir a su web, pedir una nueva línea solo de voz y una vez que esté activa compartir el bono de datos dentro de las opciones del sistema. Fácil y al momento.

En definitiva, de momento las impresiones que tengo con el iPad mini son igual de buenas que las que tuve hace un par de años con mi primer iPad, excepto que ahora ya sabemos todo lo que podemos hacer con nuestra tableta y lo útil que nos va a resultar en cafeterías, trenes, autobuses o tirados en el sofá o en la cama con ella. No sé cómo he podido aguantar medio año sin uno, ha sido volver a tenerlo y dejar de tocar el ordenador y el móvil.

 

14. diciembre 2012 por José Luis Merino
Categorías: General, Reflexiones, tecnología | Etiquetas: , , , , , , , , , , | 1 comentarios

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