Circular 07: Las afueras

Nota: Fragmentos de esta entrada fueron escritos a finales de diciembre en un mensaje de texto en mi SE v630i, lo comento por si hay algunas referencias temporales resultan extrañas.


Termino circular y siento la necesidad de abrir de nuevo sus páginas y comenzar otra vez su lectura, pero ya es tarde y en apenas ocho horas debo estar subido en un tren que me lleve a Madrid, la grande.

Vicente Luis Mora, Circular 07: Las afueras, Berenice, Córdoba, 2007.

Tenía bastantes ganas de leer esta novela (?) de Vicente Luis Mora y después de un mes de espera (sí, entre Córdoba y Valladolid hay muchos kilómetros, pero espero que para los siguientes libros que tengo pensado comprar de Berenice tarden algo menos los de la librería Maxtor).

En realidad prefiero hablar de Circular 07, más que como «la novela total» (Eloy Fernández Porta), como una exploración a varias voces del universo ficcional narrativo, de hecho, resultaría más fácil de entender o mejor dicho, comprender, si pensamos que este libro está realizado a varias manos (entiéndase este último apunte únicamente como una observación para aquellos que no acaben de ver dónde reside la gracia de este libro).

Circular 07. Las afueras

No creo que Circular quede en el olvido, sino más bien todo lo contrario, supondrá el ejemplo más o menos canónico de que se puede hacer (y publicar y gustar) narrativa sin pasar por los filtros de las categorías. En este obra de Mora nos encontramos con microrelatos (en forma de diálogos, monólogos, e-mails, sms), poemas (incluso en forma de rap) y ensayos, todos ellos plagados de citas y de juegos intertextuales, que se unen para dar lugar a un todo aún sin definir por completo, pero que espero que en las próximas entregas (Circular 08: Paseo/Centro y Circular 09: Satélite) se amplíe con el resto de las realidades actuales (chat, msn, weblogs, twitter, grafittis, tv, radio, redes p2p…) para que, poco a poco, se vaya dando forma a la «realidad total».

En fin, poco más que decir, salvo que recomiendo la lectura de esta novela (?) de Vicente Luis Mora a todos aquellos que, como a mí, lo fragmentario y lo inconexo no les sea ajeno (y si se leen en el metro o el autobús de camino -o de vuelta- al trabajo en una ciudad más o menos grande, mejor que mejor).

Transcribo ahora un fragmento del libro, quiero transcribir otro que me gusta especialmente, pero me llevará algún tiempo, ya que tengo que usar tablas y probablemente imprimir la pantalla y alguna historia más y no sé cómo quedará, espero tenerlo esta noche terminado y editar esta entrada:

METRO. LÍNEA CIRCULAR

Ahí está otra vez. Es ése, el del abrigo marrón del fondo. Lo he visto antes en Miguel Hernández, y antes en Tribunal. Lleva todo el día en el metro, como yo, pero yo escribiendo y él… leyendo. Su método es invariable: se acerca silenciosamente por detrás a quien sea que esté leyendo Los pilares de la tierra, de Ken Follet, y se pone, con notable disimulo, a mirar por encima del hombro. Se queda así hasta que el viajero sale. Tiene un método cultivado, porque ninguna de las tres veces que me lo he encontrado hoy ha sido sorprendido por el lector huésped. Hay otros viajeros en el vagón, con otros libros, incluso mejores (lo digo por la parte, esta, que me toca); pero sólo parece interesarle Follet. El viajero en cuestión, ahora es morena, se ha ido, y no esconde cierta desazón. Mira en torno. Por eso acaba de sorprenderme, mirándole fijamente. Bajo la vista y sigo escribiendo. En el tiempo que he terminado la última frase se ha sentado a mi lado. Transcribo ahora:

Hola.
–Buenos días. ¿Está escribiendo?
Sí, bueno, ahora sólo copio. A veces el libro es así. Sólo recoge.
–Entonces, ¿yo salgo en él?

Sí, ahora mismo está saliendo, y seguirá si habla despacio.
Bien. Me estaba mirando porque le sorprende mi actitud, ¿no es cierto?
Sí.
Déjeme ver que ha escrito. (…) Sí. Bien, más o menos. Ha acertado con lo de Follet, desde luego.
Pero…
El motivo es obvio. Trabajo en una agencia de seguros, y tengo que estar todo el día en el metro, soy el chico de los recados, para entendernos. Como me parecía una pérdida de tiempo, pensé que me podría aprovecharlo leyendo en el trayecto.
Ya.
Pero claro, voy siempre cargado de papeles y me gustan los best-sellers, así que me encontraba con el problema del peso. Hasta reparar en que la mayoría de los viajeros llevan con ellos libros de esa clase.

Así que comencé por Stephen King, que es el más frecuente, con mucha diferencia, y ahora estoy con Los pilares de la tierra. ¿Lo ha leído?
Pues no.
Es bueno, créame.
Bueno, dejando eso de lado… ¿cómo puede leerlo? No me dirá que tiene la suerte de que los lectores van siempre por la misma página en la que usted dejó al viajero anterior.
Eso es lo más incómodo, ciertamente. Pero mire: yo leo, y punto. A veces es la página 3, y otras la 345. Hay días en que sólo puedo acceder a párrafos sueltos y tardes en que leo páginas y páginas. ¿Voy demasiado deprisa?
Un poco.
Páginas y páginas… eso es. Pero, más tarde o más temprano, me pasa con todos los libros, llega un momento en que todos esos fragmentos leídos cobran sentido en mi cabeza… Se ordenan solos. Si el libro tiene cierta lógica, el discurso se impone sobre las partículas dispersas. No sé si…
No se preocupe. Le entiendo perfectamente.

P.D: No puedo dejar de puntualizar que la amplia disertación sobre la feria ARCO y lo que es o no es arte me pareció totalmente inadecuada y fuera de lugar. No creo que tal evento justifique esa reflexión, ni que tenga mucho que ver con el todo (aunque el círculo sea muy amplio y quepa de todo, claro). Del mismo modo en sucesivas entregas se podría hablar, por ejemplo, de los partidos de fútbol y relacionarlos con la denominada alta y baja cultura (de hecho el fútbol -aunque yo hace años que lo dejé de seguir- ocupa un lugar mucho más importante en la vida de Madrid, España y Europa que cualquier feria de arte moderna; y únicamente es eclipsado por la música, el cine, los videojuegos y las nuevas tecnologías).

Obviamente esta última reflexión es personal y en última instancia corresponde al autor y al editor decidir qué es pertinente y qué no lo es en el libro (pero algunas personas me han comentado también que «eso sobraba»).

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Now playing: Polar – 1988

10. enero 2008 por José Luis Merino
Categorías: General, Libros, Literatura, Narrativa, tecnología | Etiquetas: , , , , , , | 9s comentarios

Comentarios (9)

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